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viernes, 22 de junio de 2012

Borrador Reflexión Bloque IV


Children see.
Children do.
Make your influence positive!

Creo que todos sabemos lo importante que es para el desarrollo intelectual de los niños adquirir el hábito de la lectura. Por tanto, partiendo de la base de que todos los niños imitan el comportamiento de sus progenitores (como se muestra en el video), si los padres son aficionados a la lectura, a los pequeños les terminará picando el gusanillo del libro.




Actualmente, hay multitud de cuentos diversos: unos vienen con pegatinas, otros con olores, otros con despegables, otros son para colorear… Creo que una buena forma para que el niño empiece a leer es dejándole elegir el libro que más le llame la atención. Ya habrá tiempo de sugerirle otros libros. Lo importante es que lo haga por voluntad propia, y de ese modo, irá adquiriendo inconscientemente gusto por leer. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez que nos hayan obligado a leer un libro. Ya empezamos sin motivación, con prejuicios y sabemos que no nos va a gustar. Pero, ¿y si ese libro que nos obligaban a leer lo hubiésemos leído por nuestra cuenta? ¡Ahí la cosa cambia! Seguro que lo habríamos visto con otros ojos y mostraríamos una disposición mucho más positiva.

El objetivo de padres y profesores es motivar al alumno en la lectura. Para ello es importante que los niños estén familiarizados con los libros, que lo vean como algo imprescindible que tiene que estar en el aula, en casa, en su propia habitación. Creo que es muy importante que desde pequeños tengan contacto con el mundo de la lectura, ya sea echando un vistazo a las ilustraciones de los libros o escuchando los cuentos que sus padres les cuentan por la noche. Una virtud que dan los libros y que otras cosas dan a ese nivel es el desarrollo de la creatividad y de la imaginación; dos aspectos que poseen todos los niños pero que hay que fomentarlos a lo largo de sus primeros años.

Para realizar la parte teórica de este bloque he recopilado mucha información acerca de la importancia de la lectura en educación primaria. Me gustaría resaltar unos consejos que me han parecido muy interesantes para fomentar la lectura en los niños, como son: predicar con el ejemplo, fomentar el contacto con el libro, estimular los sentidos, leer en voz alta, llevar al niño a la biblioteca para que conozca el maravilloso mundo de los libros donde nunca faltara imaginación, regalar libros en fechas importantes, animarle en todo momento a que participe de la lectura y enriquecer su biblioteca con nuevos libros. Estos consejos los pueden llevar a cabo tanto el colegio como la familia.

Estoy hablando fundamentalmente del “contenido” de los libros, aunque también me he referido de pasada al “continente”, al explicar lo de los libros con olores, vistosos, con desplegables… Pero quiero dejar constancia explícita de este segundo aspecto. Es muy importante que seamos capaces de transmitir a los niños, el valor de los libros, el respeto que hay que tener por ellos, el cariño, el saber que cuando abrimos las tapas del libro nos adentramos en todo un mundo nuevo. ¡Hay que cuidar el continente! Entiendo que hay libros que por ser tan especiales, los leemos y releemos mil veces y acaban deteriorándose. Eso no importa. También los libros deben envejecer. Pero no debemos permitir que se escriba, pintarrajee, rompan trozos de los libros porque sí. Prediquemos el culto al libro.

En relación con esto último cabría entrar en otra disquisición ya que las nuevas tecnologías nos llevan a un concepto nuevo de lectura donde el papel ha dejado de ser el soporte a la lectura. Pero eso es otro tema.

Volviendo a lo anterior, me gustaría resaltar los proyectos que suelen hacer anualmente los colegios para el fomento de la lectura. En mi opinión, es necesario, pero no suficiente, si nos fijamos en los alumnos que disfrutan leyendo. Quería hacer una observación que realicé en Suecia y que me llamó muchísimo la atención. Haciendo las prácticas en un colegio, muchos días coincidía en la vuelta en autobús, con alguno de mis alumnos. El caso es que más de uno llevaba un libro en su mochila, en un bolsillo de fácil acceso porque en cuanto entraban en el autobús, buscaban asiento y se ponían a leer. Cuando vi eso me quede impresionada porque pensé, ¿Cuántos niños de 6-8 años en España harán esto? Seguramente los pueda contar con los dedos de una mano.

Esta observación me hizo darme cuenta de que puede haber muchos proyectos de fomento de la lectura, pueden producir miles de libros súper originales pero está en las manos del colegio y familia que esos libros tengan éxito. Creo que deberíamos parar de hacer tantos proyectos e intentar motivar a los niños día a día con pequeños detalles que hagan despertar su interés.

Por otro lado, toca valorar la actividad de analizar un cuento, fundamentándome en las actividades anteriores, durante y posteriores a su lectura. Después de todo lo dicho, creo que el resumen es la preparación básica y necesaria para que las actividades previas a la lectura, enganchen a los niños de tal forma que los predisponga ante el libro. Evidentemente la teoría es fácil y el papel donde escribo esto lo aguanta todo, como siempre se dice. El transformarlo en realidad es lo difícil.

Me ha gustado hacer esta actividad porque nunca antes la había hecho. He hecho unidades didácticas, he analizado libros pero NUNCA había preparado actividades sobre un libro. Ha sido un trabajo muy entretenido y creo que mi hermana pequeña ha debido acabar hartita de mí porque para cada actividad le preguntaba si le parecía interesante, si le gustaría leer ese libro, si cree que eso triunfaría en clase… Resumen: ella sí, ha empezado a leer el libro.

Para cerrar este apartado me gustaría contar una anécdota de mi hermano que se la he oído repetir a mi madre. En el colegio aprendimos a leer con el libro de “El país de las letras” donde estaba el Rey “U”, las princesitas “I” y “E” … La cuestión es que un día llegó mi hermano como loco a casa, entusiasmado con la idea de que al día siguiente la profesora les había dicho que iban a aprender la letra “V”.

¡Pero él hacía tiempo, que YA sabía leer de corrido cualquier texto!

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