Además de la entrada anterior sobre Suecia, que era más "teoría", me gustaría hacer una reflexión personal sobre la nueva realidad conocida, sobre todo, porque el hecho de hacer las prácticas allí ha afirmado mi vocación por ser profesora y por innovar, y no dejar de investigar sobre educación.
Antes de nada me gustaría explicar por qué elegí este
país como destino de Erasmus.
En un principio me parecía lógico tratar de irme a
Inglaterra porque me daban la posibilidad de quedarme un curso completo y a la hora de
convalidar las asignaturas, se presentaba más fácil. Para conseguir plaza en este
destino se requería muy buen nivel de inglés y fui realista en cuanto a la
dificultad de competir con otros compañeros que me superaban por mucho.
Habiéndome hecho a la idea de que no podría ser
Inglaterra, me puse a investigar sobre los demás destinos. Lo que primaba era
estar, como mínimo 5 meses en el país de destino, de forma que pudiera realizar
las prácticas en otro país diferente a España.
Suecia y Linköping: no voy a decir que no supiera
ubicarlo en un mapa, pero da la impresión de mucho frío, noches largas, días
cortos y lejos de España. Y encima hablan en sueco. No parecía el destino
soñado. Pero ofrecían una beca para pasar 6 meses allí. Aunque nada encajaba
con los planes, hablé con mis coordinadores por si existía la posibilidad de
prolongar la estancia a 9 meses. Y aquí empezaron los retos ya que tuve que
trasladar mi consulta a la Universidad de Suecia, según me indicaron en España.
Mi primer contacto con Suecia fue positivo. Me admitieron
por 9 meses y yo asumí que había determinado lo que sería “mi hogar” para el
siguiente curso académico. A partir de ahí parece que tomé una especial
sensibilidad hacia todo lo sueco, ¡empezando por IKEA! Repasé las ideas
aprendidas sobre dicho país, las cosas positivas de su población, de su forma
de vida y me centré fundamentalmente en temas de educación. Se hablaba sobre
buenos resultados educativos en relación con otros colegios europeos y entendí que era una ocasión
magnífica para ver el funcionamiento, metodología de trabajo, hábitos de
estudio…
Aunque pueda apartarse un poco de lo que es la reflexión
puramente educativa, me voy a permitir hacer un inciso que puede servir en
cierta forma como agradecimiento a las personas que de manera altruista
comparten a través de la red su experiencia y sus vivencias en otros lugares.
En mi caso el blog de: Un Erasmus en Linköping fue fundamental para sin conocer
el país, ni su cultura, ni su idioma, ni su forma de vida, poderme desenvolver
allí sin la angustia que puede provocarnos el enfrentarnos a lo desconocido.
Con él aprendí a buscar alojamiento, aunque esto también fue una odisea
particular que me llevó a vivir un tiempo en un camping, a moverme por la
ciudad, comprar una bicicleta… Pepe-Linköping es una referencia para nosotros
los Erasmus.
Quiero destacar la amabilidad del pueblo sueco. Tuve la
suerte de contar con ella desde que puse un pie en Suecia. No sé si fue mi
aspecto despistado que infundía lástima, pero lo cierto es que un día pararon
el coche para llevarme a algún sitio, otro me ofrecieron una habitación hasta
que dispusiera del corridor propio, tuve una familia de acogida y muchos otros
detalles que me facilitaron la vida.
También me gustaría incluir como parte de esta reflexión,
las impresiones y sensaciones que sentí sobre todo los primeros días. Cierto es
que con el paso del tiempo te acostumbras a ello, pero son cosas que quedan en
la memoria tanto mía como de otros compañeros con los que he tenido la
oportunidad de comentarlo.
Suecia es “verde y agua”. Rodeada de lagos y bosques es
un paraíso para la vida al aire libre. Bueno, eso sí, cuando hace sol, porque
cuando llueve como nos ocurrió en otoño al poco de llegar, el diluvio se queda
corto. Desplazarse en bicicleta en esas condiciones era complicado, lo mismo
que cuando empezaron las heladas en que sólo sentarse en el sillín constituía
una prueba de valor. Pero el otoño en una zona tan verde convierte el paisaje
en una paleta de colores en la que los verdes se mezclan con los ocres, amarillos, naranjas y rojos acabando en
cualquier gama de marrones.
Erasmus en Linköping lleva asociado dos temas: corridor y
bicicleta. El corridor es la vivienda que utilizamos. Una especie de
apartamento individual con cocina compartida con otros 5 estudiantes. Son
edificios con la misma estructura donde se alojan los universitarios. Se
dispone de lavandería común, como en las películas americanas. Aquí sufrimos
las novatadas de no haber peleado con estos electrodomésticos infernales. En
cuanto te descuidas, un pequeño calcetín rojo consigue transformarte la colada
en todo rosáceo o es un triunfo que la ropa que sale de la secadora no se haya
quedado para ponérsela a la Barbie.
Y la bicicleta; es el principal objetivo de un Erasmus
recién llegado. Sin ella, no eres nadie en Linköping. He comprobado que pasa lo
mismo en otras muchas ciudades con universitarios, donde se convierte en el
principal medio de transporte. Luego vienen las consecuencias que quedan
patentes en comentarios recogidos de distintos foros: “tengo agujetas en todos
y cada uno de los músculos de mi cuerpo, ando y parece que tengo algún problema
serio” o “Creo que tengo que aprenderme el camino al centro de la ciudad y no
tirarme 30 minutos perdido en el bosque con la bicicleta a las 12 de la noche”.
El tema del frío, muy preocupante antes de llegar, no ha
sido tan fiero como pensaba. He visto bastantes grados negativos, y he estado
tentada de ponerme toda la ropa del armario en plan cebolla, pero lo he
superado con clase. Unido a esto nos queda el asunto de la luz solar: dormir la
siesta es peligroso porque te despiertas, ves todo oscuro y decides que hay que
seguir durmiendo, a la vez que te vas adaptando a la vida sueca y a eso de las
5 de la tarde ya no sabes si corresponde merendar o cenar. En cualquier caso
decides hacer una tortilla de patatas que eso sí que mola y te hace pensar en
lo que has dejado en España, aunque a decir verdad, deberán pasar varios días
hasta que la tortilla adquiera un parecido mínimo con las de tu país.
Entrando ya en la reflexión académica tengo que destacar
la impresión recibida el primer día que pisé la universidad. Me quedé perpleja
por lo enorme del recinto universitario, por el orden y organización reinante y
no dudé en alegrarme ante la certeza de que a la vista de ese espacio
universitario, el entorno y el ambiente colegial o pre-universitario no podía
desmerecer. Ciertamente me felicité por haber elegido este país.
Plantearme los parecidos y las diferencias entre la
enseñanza sueca y la española parece básico a la hora de plasmar mi experiencia
en esta memoria, pero me doy cuenta de que no tengo todos los mimbres
necesarios para hacer este cesto: no he podido disfrutar de una práctica
similar a la de Suecia, en España. Conozco las clases españolas, el colegio
español y el instituto español; también la universidad (en mi caso La Salle),
pero siempre como alumna. Y aquí he estado como “Profesora”. Este es el aspecto
más destacable, que me llena de orgullo, a la vez que me crea una
responsabilidad y definitivamente me hace sentir que ésta es mi vocación. Que
me gusta enseñar y educar a los niños.
Estoy segura de que el curso que viene, cuando realice
prácticas en España, cuando “haga” de profesora en un colegio español dispondré
de más habilidades, más soltura y más confianza que las que he tenido en
Suecia. Pero también sé que los retos ayudan a superarse y el sentirse, en
cambio, evaluada por los tuyos puede cohibir a la persona, evitando que muestre
su verdadero yo y todas sus capacidades. Creo que saberme consciente de esto,
es el primer paso para superar obstáculos.
Además del colegio al que me estoy refiriendo en este
documento quería explicar algo del resto de centros académicos que he tenido
oportunidad de conocer en Suecia.
La Universidad de
Linköping está formada por tres campus situados en diferentes sitios: uno en
Norrkoping donde se estudia Magisterio, Arte y alguna Ingeniería y dos en
Linkoping, el campus Us dedicado a Medicina y Química entre otras y el campus
Valla donde se imparten el resto de carreras. Esta universidad tiene un
reconocido prestigio en la enseñanza de Ingenierías así como de Ciencias de la
Salud. Acuden muchos estudiantes de todo el mundo tanto a realizar cursos
académicos como a estudios de Master y post-grado. Comparándolo con España,
podríamos pensar en la Universidad Complutense o Autónoma donde también
disponemos de una amplia oferta de carreras multidisciplinares y que se ubican
en distintos lugares de la capital o incuso en otras localidades.
Me parece importante destacar la disponibilidad que
ofrece la universidad, estando abierta 24 horas al día, los 7 días de la
semana. El acceso a la misma se realiza mediante la tarjeta personal y un
código. Disponen de 5 grandes salas llenas de ordenadores, con la posibilidad
de imprimir de forma gratuita. La biblioteca está abierta de 9 de la mañana a 9
de la noche.
En España últimamente se ha ampliado el horario de
apertura de bibliotecas y en temporadas especiales de exámenes o selectividad,
algunas están disponibles 24 horas. Ya no sorprende ver estudiantes de Medicina
deambulando por las bibliotecas de escuelas de Ingeniería o de Filosofía, a la
búsqueda del hueco que les permita concentrarse aprovechando la tranquilidad
que suelen ofrecer estos espacios. Creo que copiar a los suecos en este tipo de
iniciativas mejorará el desempeño de los universitarios españoles.
En cuanto al uso de tecnologías, aparte de la
disponibilidad de ordenadores, tengo que reconocer que por mi experiencia particular, los profesores y
personal administrativo aún no están muy involucrados en el uso del correo, en
el sentido de poder contar con ellos a través de la red. La complejidad de
organización que he tenido, me ha llevado a tener que contactar con algunos de
ellos a quienes no conocía, disponiendo tan solo de su dirección de correo
electrónico. Tras varios mensajes infructuosos, he tenido que acabar
desplazándome físicamente para conseguir hablar en persona.
Respecto a los tres centros en los que he estado, aparte
del protagonista IS Atlas, estuve en dos institutos: Hagaskolan en Norrköping y
en Ebersteiska en Norrköping. Los centros suelen ser públicos como ya he
indicado en un punto anterior del trabajo y así como en España para un mismo
curso puede haber dos o más clases, los señalados sólo disponían de una clase
por curso y el número de alumnos rondaba los 20-25.
Las prácticas me han permitido sorprenderme al ver la
poca disciplina que algunos alumnos muestran en clase. Si bien en el colegio
todos los alumnos se comportaban perfectamente, en el instituto me lleve una
mala impresión. Los niños jugaban con el móvil, masticaban chicle, estaban en
clase con gorra, y creo que lo peor de todo es que el profesor no les decía
nada. Les dejaba seguir y hacer lo que
ellos querían. Supongo que siempre habrá sido así, y creo que si no se empieza
desde el principio a poner normas, con el tiempo todo es más complicado. Por mi
propia experiencia también me ha tocado asistir a clases de instituto en España
en que si el profesor no era capaz de imponerse a los alumnos, estos, no todos,
pero si basta con que haya unos cuantos, acababan por hacer imposible la
impartición normal de la clase. Conocer lo que ocurre, es bueno para estar
prevenido y evitar que pueda sucedernos a nosotros cuando nos toque trabajar
del otro lado de los pupitres.
El nivel de la universidad es muy bueno. Los suecos
dedican mucho tiempo al estudio y pasan muchas horas en la universidad. Son
organizados, aplicados y trabajadores. Y lo que yo me pregunto es: ¿cómo pueden
funcionar tan bien las cosas en la universidad cuando el nivel que se pide en
el colegio no es suficiente? Pienso que una de las razones se debe a que en
Suecia les enseñan a ser desde pequeños muy independientes, por lo que ellos
deben ser capaces de decidir el momento en que la responsabilidad y el trabajo
se imponga al disfrute.
En Hagaskolan en Norrkoping, hice prácticas en una clase
donde los alumnos cursaban la asignatura de Español. En Suecia está muy
demandado este idioma y por lo que he escuchado, los colegios que tienen la
posibilidad de tener a un estudiante de prácticas que hable español, se lo
rifan. Los días que estuve con ellos me gustaron bastante. No fueron muchos,
pero suficientes para entender el desarrollo de estas clases. La profesora
encargada de la asignatura trabajaba también en otro instituto y tuvo la
amabilidad de enseñármelo. Allí había alumnos de 16-17 años que estaban
aprendiendo castellano. El nivel no era demasiado alto porque apenas sabían
conjugar los verbos. Me dio la impresión de que no le daban la importancia
suficiente, considerando la asignatura como lo que coloquialmente se entiende
por una “maría”.
El primer instituto del que he hablado era el que me
habían asignado para la asignatura de Practicum II, pero viendo que las clases
iban a ser en español, escribí al profesor solicitando un cambio a alguno donde
pudiera trabajar el inglés. Me dieron como alternativa otro instituto, pero
buscando yo por mi cuenta, conseguí encontrar el colegio IS Atlas que pensé se
adaptaba mejor a mis necesidades, como de hecho ha sido. El colegio me contestó
positivamente en cuanto a realizar las prácticas con ellos, así que empecé con
muchísima ilusión.
Cuando la profesora me explicó la situación de este aula
me sorprendió mucho por la mezcla de alumnos de distintas edades y
nacionalidades. Me trajo a la memoria historias de mi abuelo de cuando ellos
iban a la escuela. Un solo profesor con todos los niños del pueblo independientemente
de edad y conocimientos. Pero lo cierto es que aprendían. Creo haber leído en
algún sitio que aún hoy en lo que llaman “aldeas” en la zona de Galicia, hay
niños que por la dispersión geográfica de sus viviendas comparten el mismo
profesor a pesar de estar en distintos cursos. Volviendo al inicio del párrafo,
me resultó cuando menos curiosa esta forma de enseñanza.
Pero lo cierto es que funcionaba y a pesar de la
desigualdad, la profesora manejaba perfectamente la clase y los alumnos iban
adquiriendo el nivel de estudios correspondiente a su edad.
Por mi parte tengo que destacar que la experiencia fue
única por lo enriquecedora de la multiculturalidad. Hablar con ellos sobre sus
costumbres, países, modo de vida… es algo que no se tiene a nuestro alcance
todos los días y más aún con la sencillez y claridad con que los niños cuentan
todo. A todo esto añado el idioma, que ha sido en ocasiones, mi mayor handicap
para poder mantener una conversación más fluida. Pero a su vez me ha servido
para ratificar la importancia de los idiomas, fundamentales hoy en día. Nunca
será excesivo el esfuerzo que hagamos en primer lugar por mejorar nosotros
mismos y con nuestro ejemplo enseñar a los alumnos la necesidad de que desde
pequeños adquieran un buen nivel. Está
demostrado que la facilidad de aprendizaje está directamente relacionada con la niñez, complicándose el tema a medida
que nos hacemos mayores. Escuchar a todos los niños hablando inglés fue algo
súper especial. No es lo mismo que hablen los adultos o ver una película en
versión original. Si siempre resulta curioso y simpático oír las conversaciones
de los niños, descubrir las “típicas frases de niños” en este idioma, no tiene
precio.
Como crítica constructiva al conjunto de lo visto,
aprendido y vivido me gustaría destacar la falta de coherencia entre lo escrito
y la realidad. Más específicamente y como ya he apuntado previamente, el año
anterior habían aprobado un nuevo
currículo que recogía una serie de puntos en cuanto a asignaturas y horarios.
Pues bien a la hora de dar las clases eso no se ha visto
reflejado. Tienen un horario en el que sólo aparecen algunas asignaturas
mientras que en el currículo podemos leer Lengua, Mates, Inglés, Sueco, Química….
No tiene mucho sentido que se haga un currículo tan detallado y a la hora de
dar clase no se tenga en cuenta.
Este aspecto me ha tenido observante durante todo el
tiempo y he llegado a dos conclusiones:
- El currículo es muy reciente. Si nunca han estado acostumbrado a seguir una serie de pautas a la hora de dar clase, es muy complicado que el engranaje funcione a la perfección en menos de 1 año.
- Mi clase era especial. Quizá el resto de clases lo siguiesen con mayor formalidad.
Como conclusión final me gustaría señalar que creo que es
fundamental que la educación evolucione con la sociedad, adaptándose a las
nuevas tecnologías, aprovechando lo positivo que éstas ofrecen pero sin dejar
de saber que la piedra angular, es el desarrollo personal del alumno, para que
sea una persona completa e íntegra en el futuro. Me intranquiliza en cierto
modo las noticias que llegan de España relacionadas con manifestaciones
estudiantiles por los recortes presupuestarios acometidos desde el gobierno.
Sin entrar a polemizar, considero necesario que no se escatime nada en la
educación de los niños que serán los hombres y mujeres que en el futuro lleven
las riendas del país. Pero al mismo tiempo debemos valorar el esfuerzo, el
trabajo, el interés y el respeto que los alumnos y profesores deben reconocerse
mutuamente como pilares de la enseñanza, independientemente de los recursos de
que se disponga.
Vaya todo mi agradecimiento a las personas que a lo largo
de estos meses me han ayudado, me han apoyado, me han animado cuando la morriña
por estar lejos del hogar hacia su aparición, han confiado y han creído en mí.
Brindo por lo que ha sido, es y será una experiencia gratificante e
inolvidable.
Me alegra que haya sido así. Anotado.
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